El reinado del milenio

Apocalipsis 20:1-6

Con el tema anterior comenzamos esta serie sobre la escatología, la enseñanza de la Biblia sobre los últimos tiempos. Este no es un estudio filosófico o científico, en el cual tratamos de descubrir y develar los misterios relacionados con el futuro los cuales no tienen nada que ver con nosotros hoy en día. En cambio, el estudio de la escatología pone ante nosotros la vocación principal que tenemos que es el de vigilar y estar preparados para el día del Señor.

Comencé esta serie mirando tres verdades principales de la Biblia. En la sección anterior contemplamos el hecho de que sólo hay una venida futura de Cristo Jesús que será el fin de todas las cosas, el juicio y la creación de los nuevos cielos y la nueva tierra.

La segunda verdad principal es esta, que el reinado y el reino de Cristo Jesús no es futuro y terrenal, sino presente y espiritual. Esto es lo que veremos en este capítulo.

En tercer lugar, existe el principio de que hay signos identificables de la venida de Cristo Jesús, de los cuales debemos ser conscientes como cristianos.

Hoy, miramos a la segunda verdad, que el reino y el gobierno de Cristo Jesús son presentes y espirituales. Vamos a hacer eso desde el pasaje muy popular de Apocalipsis 20: 1-6, que habla del milenio, o el reino de mil años de Cristo. Si tienen una biblia a la mano les pido que busquen esta porción en este momento. Haremos referencias a estos versículos a medida que avancemos.

En estos versículos, encontramos la atadura de Satanás por mil años y Cristo Jesús gobernando con Sus santos. Gran parte de la confusión y de la falsa enseñanza acerca de los últimos tiempos gira en torno, y proviene de, una interpretación errónea de este pasaje.

Hay tres puntos de vista básicos acerca del milenio. La primera es la visión premilenial, que enseña que el milenio es un futuro, reino terrenal y que, antes de esto, es decir, “pre-milenial”, Cristo vendrá dos veces: primero, en un rapto secreto en el que todo cristiano verdadero será llevado a un lugar de espera temporal de siete años en los cielos, durante el cual el reino del Anticristo se levantará y los judíos, a causa de una severa persecución, serán convertidos en masa (por millares). Luego, al final de esos siete años, Jesús regresará con los cristianos y establecerá un reino terrenal de paz y prosperidad por mil años. Esto es el premilenialismo.

La segunda visión es la del postmilenialismo, que también enseña que el reino de mil años de Cristo Jesús es sobre todo futuro y terrenal. Este punto de vista enseña que en los últimos mil años de historia aquí en la tierra, el cristianismo hará grandes progresos, como resultado el mundo se convertirá en un mejor lugar, y habrá una edad de oro del evangelio y la prosperidad. No sólo la mayoría se convertirá, sino que la sociedad estará dominada por los cristianos, de modo que las economías y políticas mundiales se ejecutarán según los principios bíblicos. Luego, al final de ese período de tiempo, Jesús vendrá (“post-milenio”), y Él vendrá a un mundo en su mayoría bueno, destruirá los pocos residuos de pecado y a Satanás, y dará paso a un nuevo cielo y Una tierra nueva.

Ambos puntos de vista toman el pasaje de Apocalipsis para referirse a un reino terrenal futuro.

El otro punto de vista, que ha sido etiquetado como “amilenialismo”, es el que estaré enseñando y explicando en este mensaje. Este punto de vista no niega que hay un milenio, pero sin embargo enseña que el reinado milenial de Apocalipsis 20 es una realidad espiritual y presente, que Jesús reina desde el cielo a lo largo de toda la era del Nuevo Testamento por Su Espíritu y Su Palabra, y Que es durante este tiempo que Satanás está atado por mil años.

Veamos Apocalipsis 20 y expliquemos eso.

Primero notamos esto, que esta es la única mención del milenio en toda la Biblia. Cuando tenemos algo así, debemos considerarlo en su contexto bíblico inmediato. ¿Qué significa esto en el libro de Apocalipsis? Después debemos considerarlo en su contexto más amplio, en toda la Escritura. ¿Cómo encaja con el resto de la enseñanza de la Biblia, y cómo el resto de la Escritura arroja luz sobre este pasaje?

Primero, acerca de este libro. Observemos tres cosas. El libro de Apocalipsis está escrito a siete iglesias específicas que estaban siendo perseguidas y estaban rodeadas por una cultura pagana. No es un libro especulativo que sólo habla de cosas en el futuro que no tienen nada que ver con el presente, pero está escrito para alentar a la iglesia en el mundo que está siendo perseguida. Tiene un propósito práctico.

Segundo, el libro de Apocalipsis es un libro profético que habla sobre las cosas en los últimos tiempos. Pero, como un libro profético, no puede ser leído cronológicamente. No está describiendo diferentes períodos de la historia que se irán cumpliendo uno tras otro. En cambio, las siete secciones principales que se pueden identificar en este libro deben ser consideradas como paralelas entre sí. Juan ve la misma historia desde siete perspectivas diferentes. A medida que avanza el libro y se desarrollan estas siete secciones, el enfoque se hace cada vez más en los últimos días. En los últimos tres capítulos de este libro tenemos la última sección, donde el enfoque se ha cambiado de lo que está sucediendo en la tierra a lo que sucede en el reino espiritual y a Satanás y a su destrucción final al final de los tiempos.

Tercero, debemos entender que el libro del Apocalipsis es casi totalmente simbólico. Se compone de visiones que no se pueden tomar literalmente. Ustedes pueden ver eso con los números en el libro de Apocalipsis: veinticuatro ancianos representan las iglesias del Antiguo y del Nuevo Testamento; el número ciento cuarenta y cuatro mil representa el cuerpo entero de los elegidos de Dios reunidos en el cielo. O piensen en la visión de la bestia con siete cabezas y diez cuernos que no se pueden tomar literalmente, pero representa al diablo y su dominio en la tierra. Por lo tanto, el libro de Apocalipsis es simbólico. Incluso tienen eso en este pasaje, hay un espíritu, el Diablo, que está atado con una cadena; Hay un abismo sin fondo. Estos obviamente no se pueden tomar literalmente.

Mirando más de cerca en Apocalipsis 20: 1-6, vemos aquí una división clara en la descripción del milenio. Los tres primeros versículos miran a este milenio desde la perspectiva de la tierra y lo que ocurre en la tierra. Los siguientes tres versículos (versículos 4-6) miran al milenio desde el punto de vista celestial. Eso es realmente lo que es el milenio: es la atadura de Satanás para que no pueda hacer algo en la tierra, y es el Reino de Cristo, desde el cielo, con los santos.

En los primeros tres versículos, tenemos la atadura de Satanás. El primer versículo describe para nosotros el carcelero del Diablo, un ángel con una llave. “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano”. Él es enviado desde el cielo, no como un mensajero celestial para anunciar algo, sino como un siervo celestial para ejecutar algo. Así que tiene una llave y una cadena en la mano.

En los versículos 2 y 3, con esa cadena, “prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo y lo encerró”. Ahora, lo que llama nuestra atención aquí es que Satanás se describe con cuatro nombres: el dragón, la serpiente antigua, el diablo y Satanás. Eso no se hace solamente para describirnos la monstruosidad de Satanás, sino también para mostrar el poder absoluto de Dios sobre Satanás. El carcelero es sólo un ángel, una criatura, con un nombre. Como dijo Lutero: ” Una palabra pequeña lo derribará”.[1] Dios es soberanamente poderoso sobre él.

El versículo 3 nos describe el abismo y su atadura. Fue arrojado a este abismo y encerrado, y el ángel “puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”. Estamos familiarizados con la imagen de un abismo o foso. Pablo y Silas fueron echados en un foso. Jeremías fue arrojado a un foso. Con cadenas, Pedro fue atado de pies y manos y encerrado en una prisión. ¿Qué es este foso o abismo? Este foso no es el infierno, que se describe un poco más adelante en el capítulo como el lago de fuego. Tampoco es un abismo literal en la tierra, porque es un foso sin fondo y eso no puede ser literal. En cambio, tomamos esto como una descripción figurativa de que Dios está restringiendo el poder de Satanás durante el milenio.

Eso nos ayuda a entender el milenio. ¿Qué es el milenio? Se dice que Satanás está atado por este período de tiempo descrito como mil años, que se menciona seis veces en este pasaje. ¿Deberíamos tomar estos mil años literalmente? ¿Por qué sí? Cuando el pasaje en sí está lleno de simbolismo. Casi todos los números que se usan en el libro de Apocalipsis también son simbólicos. No encaja con el libro de Apocalipsis el tomar estos mil años de manera literal. Ciertamente esto no encaja con el resto de las Escrituras. Basados en este pasaje únicamente, no podemos hablar de un reino terrenal prolongado. En cambio, mil en la Biblia es una imagen de la totalidad. Tienen, por ejemplo, esto en Salmos 50:10: Toda bestia en los mil collados son suyos[2] ¿Tomamos ese número “mil” literalmente, diciendo que el ganado en la colina número mil uno no sea Suyo? No, el mil se refiere a lo completo. Significa que las bestias salvajes en todos los collados son Suyos. Entonces, aquí, los mil años se refieren a un período completo de la historia: diez por diez por diez, diez refiriéndose al número de “la totalidad” en la Biblia y un cubo que apunta a la perfección.

Entonces, ¿cuándo será este tiempo que se llama aquí mil años? Para responder eso, tienen que responder a otra pregunta: ¿qué significa que Satanás está encerrado? Este período de mil años está marcado al inicio por la atadura de Satanás y al final por la desatadura de Satanás. Entonces hacemos la pregunta: ¿qué es diferente durante estos mil años, con respecto a lo que es antes de los mil años y después de los mil años? En el “enunciado de propósito (oración subordinada adverbial final)” en el versículo 3, sabemos cuál es la diferencia. El propósito de Dios para atar a Satanás es “para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años”. Los versículos 7-9 que nos describen lo que sucede al final de los mil años nos ayudan a comprender eso. Cuando los mil años han expirado, los versículos 7-9 dicen: “Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla … Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada”.

La restricción puesta a Satanás durante el milenio hace que sea imposible para él engañar a las naciones. Esta restricción no es una restricción completa. Todavía Satanás trabaja durante este milenio con tentación y persecución, y enseñanzas falsas y otras formas de engañar al pueblo de Dios. Como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Pero hay una cosa que él realmente quiere hacer, que es su deseo principal, que él no puede hacer: no puede engañar a las naciones. Eso significa que no puede sostener a las naciones bajo la oscuridad de la incredulidad. Durante el tiempo antes de su encarcelamiento, el período del Antiguo Testamento, todas las naciones excepto Israel estaban, por así decirlo, bajo el gobierno de Satanás. Cegó a las naciones. La revelación especial y salvífica de Dios vino solamente a Israel. Las demás naciones fueron engañadas.

Pero ahora, durante la atadura de Satanás, el evangelio va a estas naciones. Durante estos mil años, Satanás no puede combinar las naciones de la tierra bajo un poder político que se oponga a la causa de Dios en Cristo. Es sólo al final de los mil años (v. 8), que reúne a todas las naciones. Esta restricción se le impone durante los mil años.

Entonces, la pregunta es: ¿cuándo será Satanás atado? La respuesta es: ahora, en el presente, durante toda la era del Nuevo Testamento desde la ascensión de Cristo al cielo hasta poco antes de Su regreso. Esto es lo que ocurre. Satanás es incapaz de prevalecer porque no puede reunir a las naciones como una fuerza unificada. En cambio, al mirar la historia, hay guerra constante, las naciones no pueden llevarse bien. No es hasta el final que se juntarán bajo el reino del Anticristo contra la iglesia y el pueblo de Dios. Este es el engaño de las naciones. Satanás está atado por toda la duración de la era del Nuevo Testamento para que el evangelio de Cristo Jesús pueda salir victoriosamente a todas las naciones. Ellas no están bajo el engaño de Satanás.

Ahora, piensen en un par de pasajes en el Nuevo Testamento. En Mateo 16, Jesús dice: “edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” En Mateo 28, cuando Él da la Gran Comisión, Jesús dice: “id…a todas las naciones”, y en relación con eso, Él habla de Su papel: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra … yo estoy con vosotros todos los días”. Durante este período, Satanás está atado para que el evangelio tenga libre curso y para que Satanás no pueda juntar a las naciones contra la causa de Cristo Jesús.

Tenemos que mirar esto no sólo en el contexto de Apocalipsis, sino más ampliamente en la Escritura. ¿Hay alguna indicación en el resto de la Escritura, ahora especialmente en el Nuevo Testamento, acerca del momento de la atadura de Satanás? La respuesta es: sí, si hay. Está conectado a la cruz de Cristo Jesús, Su resurrección, Su ascensión y el evangelio que va hacia los gentiles. Quiero hacer referencia a tres pasajes diferentes en el evangelio. En Mateo 12, Jesús es acusado por los líderes judíos de expulsar demonios en el nombre del diablo. Jesús responde en Mateo 12:28, 29 de esta manera: “si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa”. La palabra allí usada para “atar al hombre fuerte” (y el hombre fuerte aquí es una figura o un símbolo de Satanás) es la misma palabra que se usa en Apocalipsis 20. Jesús está básicamente diciendo que el poder por el cual expulsó a los demonios no es el poder de Satanás, sino un poder que está contra Satanás y que ata a Satanás. Esto es lo que Jesús está haciendo en Su ministerio.

Ahora, vayan a Lucas 10. Los discípulos aquí son enviados – los setenta – por Jesús. Leemos en el versículo 17 que ellos regresaron con asombro, con gozo: “Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre”. Entonces Jesús les respondió en el versículo 18: “dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo”. Esto no debe tomarse literalmente, pero es una figura del poder de Satanás que está recibiendo un golpe aplastante y está siendo expulsado del cielo y de su posición de poder sobre las naciones. Eso encaja con la predicación misionera de los apóstoles.

Hay un pasaje más en los evangelios que también es paralelo, y eso nos ayuda a ver esto, y eso está en Juan 12. Hay algunos gentiles, algunos griegos, que vienen a Felipe y dicen: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”. Felipe comunica esto a Jesús, y Jesús responde de esta manera, en los versículos 31 y 32, en relación con el evangelio que va a los gentiles, los griegos. Él dice: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo [eso es Satanás] será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo”. Lo importante aquí es que en el versículo 31 Jesús dice: “el príncipe de este mundo será echado fuera”. Ahora, cuando Jesús va a la cruz, es sepultado, resucita de entre los muertos y sube al cielo. Al elevarse sobre la cruz y en su ascensión, atraerá a todos los hombres; las personas de todas las naciones de la tierra serán atraídas por el evangelio a Cristo Jesús.

Así que esa es la manera de entender la unión de Satanás y lo que ocurre durante este período de tiempo.

Luego, en Apocalipsis 20, tenemos en los versículos 4-6 el milenio desde el punto de vista del cielo, lo que sucede en el cielo durante estos mil años, esta era del Nuevo Testamento. Permítanme leer el versículo 4: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”. Esto encaja perfectamente con lo que ya hemos dicho. Mientras Satanás es incapaz de engañar a las naciones, Cristo y los santos gobiernan desde el cielo. ¿Por qué digo desde el cielo? Porque no hay nada aquí en el versículo que indique que este reinado es un reinado terrenal. En cambio, son almas, almas de aquellos que han sido decapitados, es decir, personas que han sido asesinadas. Estos no son cuerpos sin cabeza, sino que son almas que han sido separadas de sus cuerpos. Lo que aquí se describe es el estado intermedio de las almas de los creyentes. El alma del creyente en el momento de su muerte es inmediatamente dada vida. Los versículos 5 y 6 hablan de la primera resurrección: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. La primera resurrección es una resurrección en la nueva vida que reciben nuestras almas en el momento de la muerte. Estas almas, las almas de aquellos que han muerto como creyentes, en su estado intermedio, viven y reinan con Cristo por mil años. Se les da vida, la vida de Cristo Jesús en el alma de ellos. Están conscientes en la presencia de Cristo, y reinan con Cristo. Note aquí que ellos reinarán con Cristo. Cristo está reinando en el presente, durante estos mil años. Su reino está en el presente y a los creyentes, en sus almas, se les da un lugar de gobierno con Él.

¿Qué pasa con los otros? El versículo 5 dice: “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección”. Y éstos no participan en la primera resurrección. Es decir, los incrédulos que mueren en su pecado e incredulidad no reciben este lugar de gloria y este lugar de gobierno.

Qué alentador es esto para la iglesia militante, la iglesia aquí en la tierra. Aquí está la iglesia triunfante. Satanás no puede engañar a las naciones. Todavía hay mucho que puede hacer. Una de esas cosas es su persecución. Los santos son decapitados como resultado de esa persecución. Ellos mueren por la causa de Cristo. Satanás puede destruir este cuerpo, y aquí está el ánimo, pero al hacerlo, sólo se convierte en el instrumento para llevar a estos santos a una mayor gloria y la verdad de Dios continúa, el evangelio sale victorioso a las naciones. Lutero dice: El cuerpo puede matar, pero la verdad de Dios permanece.[3]

Por lo que tenemos en el milenio de Apocalipsis 20 del reinado presente y espiritual del Rey Jesús desde el cielo por medio de su Espíritu y la Palabra a través de toda la era del Nuevo Testamento y el reinado de sus santos con El. Esta es la victoria del caballo blanco del Apocalipsis.

¡Qué verdad reconfortante para los creyentes!

El libro del Apocalipsis, como dije antes, está escrito para los cristianos perseguidos en medio de una cultura pagana. ¿Qué van a decir a estas personas perseguidas? ¿Van a darles algo abstracto y algún acontecimiento lejano sobre algún futuro reino judío? ¿Van a decirles que el mundo está mejorando? No, esto es lo que les dirás. Les dirás que Jesús es Rey; Que Él está edificando Su iglesia; Que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella; Que el evangelio y la verdad se mantendrán; Que el próximo gran acontecimiento de la historia es el regreso de Cristo Jesús para vencer y destruir al diablo y a los que le sirven; Y para hacer todas las cosas nuevas. Entonces usted dirá a los cristianos que enfrentan la muerte y la persecución sobre la gloria de sus almas en el momento de la muerte. No sólo Satanás no puede triunfar sobre el evangelio y la iglesia, sino que no puede destruirte al matarte. En el momento de la muerte las almas de los creyentes van y viven en victoria y se les da vida con Cristo Jesús.

En mis tentaciones y en mis persecuciones y tus tentaciones y tus persecuciones como cristiano, esto es lo que quieres escuchar. Esa es la hermosa verdad del milenio. Ese es el mensaje de Cristo para la iglesia aquí en la tierra.


[1] En español el himno “Castillo Fuerte es nuestro Dios” esta parte fue traducida como “Pues condenado es ya por la Palabra Santa.”

[2] La version del Rey Santiago (KJV por sus siglas en inglés) dice: Porque toda bestia del bosque es mía, y el ganado sobre mil colinas. La versión en RVA dice “los millares de animales en los collados”.

[3] Versión en inglés del Himno “Castillo Fuerte es Nuestro Dios”.

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